Sanguinetti: Una entrevista con Christian Díaz Pardo
Por Pablo Rendón (@pagusrendon)
Sanguinetti, segundo largometraje del realizador Christian Díaz Pardo, forma parte de Ahora México, del Festival Internacional de Cine UNAM, sección que se ha convertido en un espacio de estreno del cine independiente mexicano en la Ciudad de México. Tuvimos la oportunidad de hablar con el cineasta de origen chileno sobre su película, en la que las voces de un pasado represivo recobran su sentido en el contexto político actual.
Pablo Rendón: ¿Qué significa para ti el haber sido seleccionado por FICUNAM?
Christian Díaz Pardo: Bueno, es la segunda vez que tengo la oportunidad de participar en FICUNAM. La primera vez fue con González (2015), que fue la primera película que hice, y fue una experiencia increíble; estar en FICUNAM, el contacto con el público, el hecho de estar en la UNAM. Fue un hecho importante para la película y para mí también, así que ahora estamos súper felices de que el estreno en México de Sanguinetti, sea en FICUNAM.
PR: ¿Qué representa para ti un espacio como FICUNAM?
CDP: Para mí FICUNAM representa la oportunidad de ver un cine diferente, un cine que tal vez no tiene cabida en las ventanas comerciales, en los grandes escaparates de un cine más convencional. FICUNAM para mí es sinónimo de un cine más arriesgado, independiente, que nos hace reflexionar sobre la época en la que nos tocó vivir.
PR: Sanguinetti es una película que se mueve entre la intriga política y el thriller psicológico, ¿cómo construyes una atmósfera como esa?
CDP: Creo que las clasificaciones o las etiquetas pueden ser un poco odiosas, pero me gusta pensar en Sanguinetti como una especie de thriller minimalista, obviamente con elementos políticos. Para mí, sobre todo, está el componente humano: una relación entre una mujer y su padre; una relación difícil y en la que intentamos no prejuzgar a los personajes, no etiquetarlos de villanos o de buenos, sino más bien mostrar los hechos para que el espectador pueda sacar sus propias conclusiones.
PR: Leía una entrevista en la que hablabas del personaje de Valentina, de cómo conviven en ella el sentimiento de culpa y el anhelo de justicia, un personaje complejo…
CDP: Sí, evidentemente. Se llama Valentina porque pensé en ella como una mujer valiente. Creo que de alguna manera representa, o esa es la metáfora, los anhelos de justicia y de una sociedad mucho más inclusiva en todos los sentidos, de la juventud en general y sobre todo las mujeres que han levantado la voz en estos últimos años con mucha fuerza. Entonces, el personaje de Valentina es una mujer que está buscando la justicia, que está buscando reivindicar, clarificar qué fue lo que ocurrió en alguna parte de la historia, pero no sólo eso, sino también alertarnos y prevenirnos de que muchos de esos fenómenos que pensábamos que pertenecían al siglo pasado, como las dictaduras militares, las torturas, las desapariciones forzadas, siguen ocurriendo y son problemas que siguen muy vigentes, tristemente. Bueno, y para mí la película fue la oportunidad o la excusa para hablar de esos temas; yo viví la experiencia de la dictadura chilena que luego “terminó”, en los noventa, crecí, me hice adulto y vine a México a estudiar cine. Por eso ese asunto de las muertes, de las torturas, de las dictaduras eran un tema del pasado, y para mí fue como un garrotazo el darme cuenta de que no, que sigue pasando. La película, de alguna forma, habla de todo eso.
PR: Es una película en la que has trabajado, hasta donde yo sé, desde 2016. Probablemente antes…
CDP: Es una película que tuvo un proceso largo, empezamos a trabajar en ella realmente desde 2015. Fue una película súper independiente, en el sentido que para su producción no tuvo ningún apoyo oficial o de empresas. Después de la filmación, afortunadamente obtuvimos el apoyo de PROCINE y del FONCA.
PR: ¿Te imaginabas que esta película iba a resultar tan actual?
CDP: Exactamente. En ese momento tal vez no era un tema del que mucha gente estuviera hablando, pero por una parte no me sorprende que sea una película totalmente vigente y por otra parte quisiera que no lo fuera. Quisiera que fuera un recuerdo nostálgico de algo que ya superamos, pero lamentablemente todavía no es así.