Paisajes de duelo; Répertoire des villes disparues, de Denis Côte
Por Michel Lipkes
En su undécimo largometraje, el cineasta quebequense Denis Côté nos ofrece una de sus obras más emotivas, expresivas y sutiles.
El paisaje en donde se lleva a cabo la acción está suspendido dentro de un sentimiento de duelo y de parálisis ante el misterioso accidente que dio muerte a Simon Dubé, un joven del pueblo de Irénée-les-Neiges. La familia del difunto, así como las autoridades y habitantes del pueblo se resisten a encontrar un sentido a lo que está sucediendo; coexisten personajes que viven errando, esperando una explicación a la muerte de Simon, así como las autoridades, que simplemente dan por hecho que un fenómeno al margen de la realidad está aconteciendo.
Lentamente, el pueblo y sus habitantes se van hundiendo en el miedo y frente a los fantasmas que acechan a la pequeña y aislada población de 215 habitantes. Apariciones fantasmagóricas invocan imágenes espaciales relacionadas al paisaje glacial y a los estados espirituales de la amplia gama de personajes que habitan esta historia. La alegoría se profundiza en cada aparición de un grupo de niños disfrazados y anónimos que parecen tener la respuesta de los sucesos que aquejan la realidad del poblado.
La estética de la película está condicionada por el formato 16 mm del registro, que afecta de manera particular el paisaje invernal un tanto desnaturalizado y a cómo los blancos se confunden con los débiles azules que se asoman en el entorno. También la cámara en mano nos pone en la perspectiva de un observador privilegiado —casi fantasmal— cercano a las emociones pero con la distancia necesaria dentro de un espacio periférico a la realidad.