
LUZ EN EL TRÓPICO
EL CINE DE PAULA GAITÁN
Para el Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM), en su décima quinta edición, es un placer anunciar el foco especial Luz en el trópico. El cine de Paula Gaitán, dedicado a la cineasta y artista colombo-brasileña, quien estará presente en el festival para compartir con el público su visión y palabra, además de presentar una selección de sus películas, entre largometrajes y cortometrajes, y una video instalación.
La obra de Paula Gaitán (París, 1954) configura una constelación efervescente de películas, videos e instalaciones, trabajos para la televisión y diversos emprendimientos audiovisuales, resultado de un despliegue multidisciplinar que abarca décadas de creación y pensamiento artísticos. Inconformes con lo preestablecido, sus películas, precisas y rigurosas, así como sus piezas instalativas, fluyen por diversos afluentes del documental, la ficción experimental y el performance, donde se hace evidente una concepción sensual de la imagen como vehículo hacia la experiencia estética y la pesquisa personal. Alquimista del sonido y del montaje, a lo largo de la filmografía de Paula Gaitán se ponen de manifiesto sus otros oficios: el de artista visual, fotógrafa y poeta. De lo escueto a lo exuberante, intuitiva, su obra implica en su conjunto un mapa de arqueología íntima que emerge del reflejo con el otro, con el objeto cinematográfico. De sensibilidad cultivada entre Brasil, Colombia y Europa, Paula Gaitán es un caso singular en el mapa del cine latinoamericano.
Nació en París poco después de la muerte de Paul Éluard, lo que le valió el nombre de pila, pues su padre, el mítico poeta colombiano emigrado a Francia, Jorge Gaitán Durán, la nombró en honor del surrealista. Hija de la dramaturga brasileña, escritora y feminista adelantada a su época, Dina Moscovici, a quien Paula visitaría de manera póstuma con su película O canto das amapolas [El canto de las amapolas] (2023); nieta de un anatomista y de una maestra políglota de ruso, de quien heredaría ese impulso por incluir en varias de sus películas toda suerte de idiomas, algunos de ellos inventados. Luego de algunos años de formación universitaria en Bogotá, Paula se mudó a Brasil en 1977; allí dirigió el arte en la producción de A Idade da Terra [La edad de la tierra] (1980), de Glauber Rocha, suceso que cifraría una fase fundamental de su vida personal y creativa.
Desde su ópera prima, la etnografía exploratoria Uaka (1989), con la que documenta en frondoso 16 mm y con acento onírico la Kuarup, fiesta en honor a los muertos que el pueblo xingú celebra en el Amazonas brasileño, Paula Gaitán prefiguró algunos de sus intereses conceptuales y formales que mantiene al día de hoy, entre otros, la memoria como materia prima y el cuerpo como ancla necesaria que brinda la naturaleza al hombre. Para los años 2008 y 2013, respectivamente, en los que vieron la luz dos de sus largometrajes icónicos donde, desde distintos cuadrantes, ronda la figura de Glauber Rocha, Diário de Sintra [Diario de Sintra] y Exilados do vulcão [Exiliados del volcán], Paula Gaitán ya había amasado un cuerpo de obra polifacético y rebelde, cohesionado e inconforme, de visión cosmopolita y efervescencia discursiva.
Diário de Sintra, suerte de autorretrato a dos bandas y ejercicio de recuerdo involuntario sobre el material de archivo, se establece como la reconstrucción de los últimos meses que pasó con Glauber Rocha y los hijos que tuvo con él, Ava y Eryk, en Portugal a finales de los 70. Un cine de montaje, de escucha, de poemas, referentes filosóficos y literarios. Exiliados del volcán, un drama de actuaciones sorprendentes, de cuerpos en sus espacios cotidianos, traza una línea de exploración de la ficción que auto cuestiona su reivindicación narrativa, y que retomaría en Luz nos trópicos [Luz en el trópico] (2020), película-monumento, con dejos performáticos, de largo aliento y proclive al compendio. Si el imaginario de Paula Gaitán se inclina por la evocación imaginativa, como en Noite (2014), ante la elucubración promueve en simultáneo polos a tierra, como la hegemonía del cuerpo, la materialidad de las imágenes, las texturas y la personificación del paisaje. O en Se hace camino al andar (2021), donde el desplazamiento se convierte en guía de nuestra mirada, en tempo coreográfico.
Para celebrar su aniversario XV, el Festival Internacional de Cine UNAM, FICUNAM, pone el foco en una filmografía selecta de esta cineasta latinoamericana poco atendida en México y la región, propiciando el disfrute de un cine diverso y contrastante a nivel formal, en permanente fluir, que considera el proceso creativo como un ejercicio de investigación de sí misma y del mundo. Emigrando de un género al otro, de un dispositivo al siguiente, cambiando de rieles discursivos a discreción, con su versatilidad de tonos y atmósferas y un asombroso trabajo con el sonido, Paula Gaitán erige una obra como crisol cinematográfico dinámico y autónomo, a distancia prudente de toda convención.
Los títulos que conforman esta selección especial dedicada a Paula Gaitán son:
- Historia de las imágenes aleatorias / História das imagens aleatórias
Paula Gaitán / 2025 / Brasil / 21 min. - Dos orillas / Duas beiras
Paula Gaitán / 2021 / Brasil * videoinstalación - Luz en el trópico / Luz nos trópicos
Paula Gaitán / 2020 / Brasil / 255 min. - Se hace camino al andar
Paula Gaitán, con Paulo Nazareth / 2022 / Brasil / 35 min. - Noche / Noite
Paula Gaitán / 2014 / Brasil / 83 min. - Memoria de la memoria / Memória da memória
Paula Gaitán / 2013 / Brasil / 26 min. - Exiliados del volcán / Exilados do vulcão
Paula Gaitán / 2013 / Brasil / 130 min. - Diario de Sintra / Diário de Sintra
Paula Gaitán / 2007 / Brasil / 90 min. - Uaka
Paula Gaitán / 1988 / Brasil / 77 min.
La décima quinta edición del Festival Internacional de Cine UNAM se llevará a cabo del 29 de mayo al 5 de junio en el Centro Cultural Universitario y en distintos espacios de la Ciudad de México. Como cada año, FICUNAM presentará una selección de programas de cine contemporáneo, retrospectivas y eventos cuyos discursos de ruptura e innovadoras propuestas estéticas –tanto en el cine internacional como mexicano– definen la vocación del festival como evento de promoción cinematográfica.