Latinoamérica y el descentramiento del cine experimental  

Por Andrea Villanueva

El Foro de la crítica: Latinoamérica y el descentramiento del cine experimental se llevó a cabo el 2 de junio como parte de las actividades de la Cátedra Bergman en el marco del FICUNAM 13. Contó con la destacada participación de Adriana Bellamy, Abraham Villa Figueroa y Federico Windhausen. Durante este evento, se abordó el desarrollo del cine experimental en Latinoamérica, examinando sus avances, limitaciones y planteando la necesidad de fomentar la creación de espacios dedicados a la reseña y comentario de este tipo de material cinematográfico.

El cine experimental siempre ha generado discusiones, generalmente se presenta en ámbitos reducidos, entre directores, amigos y algunos críticos, especialmente en contextos como Nueva York u otros lugares propicios para esta forma de expresión. Sin embargo, esa percepción está cambiando. En realidad, el cine experimental ha estado presente todo este tiempo. No se puede negar que es una actividad exclusiva y a veces se limita a conversaciones e intercambios íntimos entre el emisor y el receptor, no obstante, en la actualidad, se ha potenciado la creación y recuperación de este tipo de materiales provenientes de diversas partes del mundo. Federico Windhausen, académico de cine y escritor, menciona: “Hace 10 años, se comenzó a prestar atención al cine experimental en varias partes del mundo, especialmente en América Latina”.

Adriana Bellamy, maestra en Literatura Comparada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, enfatiza: “El cine experimental es uno de los conceptos en la historia del cine que resulta difícil de definir. Sin embargo, estamos presenciando un momento de mayor apertura y nuevos enfoques creativos”. También destaca que, a pesar de estos nuevos espacios para el público, es importante recordar que siguen siendo espacios reducidos y la crítica del cine experimental sigue siendo limitada y rara vez se hace pública. “La crítica en México presenta deficiencias en todos los aspectos, desde lo general hasta lo particular. Esto no demerita la creación de nuevos espacios de diálogos, sino que impulsa a su desarrollo aún más”.

Adriana Bellamy recalca que siempre ha existido una inquietud en el cine experimental, desde los años sesenta y setenta, pero que en realidad se remonta aún más atrás. Se busca establecer una interrelación entre los movimientos vanguardistas, con el objetivo de reflexionar sobre el propio cine a través de las historias que se cuentan.

Uno de los temas más abordados por Abraham Villa Figueroa, crítico cinematográfico, fue la inexistencia de “categorías” en el cine experimental. Todo es subjetivo y nada es verdaderamente original. Se plantea la importancia de formular preguntas que exploren el espacio temporal y que marquen una diferencia significativa, y en el caso de abordar “categorías”, estas no deben ser demasiado amplias, ya que se perdería la intención del cine y dejaría de ser abierto. Por su parte, Adriana Bellamy comentó: “Los términos van cambiando y los modos de creación evolucionan. Se busca que el espectador piense desde nuevos panoramas y siempre en diálogo”.

El cine experimental es un cine complejo que involucra una nueva sensibilidad. Te invita al descentramiento y te desafía a abandonar los lugares comunes de lo que conocemos como cine.