La mirada animal. Viktor Kossakovsky en conversación con Paulina Suárez

Por García Jiménez Javier

El antropomorfismo tan característico de nuestros modos de vida y de nuestras formas de habitar el mundo, se ve hoy reflejado en el antropoceno, o las consecuencias catastróficas del cambio climático marcado, a su vez, por un desprecio de la Naturaleza como si esta fuera algo distinto de nosotros. Los animales, cosificados y dispuestos a la hiperproducción a través de métodos mercenarios, han perdido su dignidad, de modo que los vemos ya no como alguien, sino como algo. Y frente a ello el cine nos devuelve lo común, colocado en la pantalla, en un registro diferente. Estos son algunos de los temas abordados en el trabajo de Victor Kossakovsky, con quien tuvimos oportunidad de hablar en el festival.

En la decimoprimera edición del FICUNAM, llevada hasta sus casas de manera completamente virtual, se dio lugar a la Clase magistral Viktor Kossakosvky a propósito de su película Gunda. Presentada por Abril Alzaga, directora ejecutiva de FICUNAM, la cual señaló la gran sensibilidad del cineasta, ‘‘para encontrar lo extraordinario en lo ordinario’’, y en compañía de Paulina Suárez, directora general de Ambulante, se le hicieron una serie de preguntas al artista ruso durante aproximadamente noventa minutos.

Gunda es un filme que apuesta por otro tipo de sensibilidades. Ante la mirada secular condicionada por la ciencia, por el arte, que nos impide ver, o nos hace solamente percatarnos de determinados objetos en la realidad, ¿Cómo percibir, cómo observar? Son preguntas a las que el espectador se ve invariablemente orillado al apreciar estas imágenes de cerditos. Paulina precisamente resalta dicho aspecto elemental: ‘‘pasas de unos animales a otros, te enfocas en gallinas, cerdos, vacas y en el paisaje también. Me pregunto qué tan difícil es cambiar la relación vital que se establece. El ente y la mirada en la cámara.’’ Acaso un mensaje de esperanza se deja entrever en esta apuesta por lo animal.

La interpretación del director en torno a los seres que existimos en el planeta es sumamente amplia. Desde un centrismo dislocado, considera esencial tanto la aparición de elefantes, cóndores, ballenas, perros, como la lava, el pasto, las rocas, y demás. Vale la pena recordar que el asumirse como superior en tanto ser humano es una decisión. Y en una lectura a contracorriente de la Biblia, de los modos de producción capitalista, el autor restituye la calidad de ser alguien a los animales, a nuestras mascotas, a Gunda. Así, el individuo asesina a un animal cuando se lo come, pero no es uno, sino son millones a diario, millones de pollos, millones de cerdos, millones de reses, con la capacidad de sentir.

Tratar el tema como una tensión sin caer en la propaganda es un elemento a considerar, ya que aquí es donde su papel como cineasta se pone de relieve. El uso de la imagen como recurso primario, en vez de instalarse en la narrativa, se vuelve un recurso verdaderamente valioso. ‘‘No creo en las historias, el cine nos puede mostrar algo. A través del cine puedes verte a ti mismo’’ nos comparte Kossakovsky. Eso nos da cuenta de la evasión de los mataderos por ejemplo durante la grabación: ‘‘quería filmar a los animales, ver sus personalidad, ver que no son una cosa sino que son alguien, por eso no es necesario filmarlos en un matadero, sino cómo experimentan igual que nosotros’’ añadió.

Las decisiones estéticas y técnicas como la ausencia de música, o el uso del blanco y negro etc., aportan mucho a esta inclinación por concientizar. Respecto a esto último, además de remitirnos de algún modo inconscientemente a ver la obra como un documento, de hacerlo atemporal, como algo que no va a morir, la ausencia de color obliga sobre todo a las personas a ver a los ojos a los animales, a descifrar su personalidad. El rodaje en ese sentido se pareció al de un individuo. Le diseñaron una casa, colocaron la cámara afuera aunque con el lente dentro, y se familiarizaron mutuamente. Adentrarse en la vida animal, no requiere de palabras, sino de una disposición genuina de entender lo que estamos viendo.