La crítica de cine como profesión: Carlota Moseguí conversa con Alonso Díaz de la Vega

En el marco de la novena edición del FICUNAM, el Centro Cultural España albergó la charla “La crítica de cine como profesión”, en la que la española Carlota Moseguí conversó con el mexicano Alonso Díaz de la Vega.

La plática abarcó temas fundamentales para quienes se interesan en incursionar en la crítica de cine. La precariedad laboral y falta de una remuneración para la actividad fue tema clave. La situación de los medios masivos de comunicación en México complica la tarea de la crítica debido a la poca importancia que se le brinda.

Es evidente que el blockbuster es lo que que sostiene a la industria de exhibición mexicana, y Moseguí coincide que “en España las cosas funcionan más o menos de manera similar, el cine de autor es más valorado en Cannes. Tanto en México como en España es difícil encontrar un medio genuinamente interesado en el trabajo de la crítica”.

En contraparte, Díaz de la Vega cree que hay un espectro que se está abriendo. “La formación de críticos consiste en ser colectivo, está sucediendo un fenómeno mundial, un boom; porque los mismos críticos comienzan a ser masivos, se ayudan entre sí en redes sociales para no depender de los grandes medios”.

Moseguí contó también cómo fue su integración en el mundo de la crítica de cine: “Me vino de repente, yo estudié Humanidades, una carrera que abarca muchísimas disciplinas: literatura, historia, periodismo y arte. Comencé a agarrarle gusto al periodismo cultural, escribía en un blog y después me contrataron en un periódico donde de vez en cuando me permitían hablar de cine. Y descubrí entonces que me gustaba más hablar de cine que de libros. Me capacité en estudios cinematográficos y después entré a una revista”.

La dinámica de ser crítico de cine, cuenta Carlota, consiste en concentrarse en las muestras cinematográficas ajenas a los estrenos comerciales, “comencé a asistir y conocer cine de autor por medio de la diversidad de los festivales alrededor del mundo. El impulso inicial para empezar a escribir sobre el buen cine está en los festivales. Es una lucha porque te dicen que no puedes escribir, que tu voz no tiene voz, pero con esfuerzo poco a poco te van viendo, ubicando, reconociendo en los festivales y el interés comienza a nacer. La gente comenzó a confiar en mi gusto”.

Díaz de la Vega comentó también que el mundo de la crítica puede ser sinuoso debido a la existencia de muchos detractores, no sólo el público, sino incluso los mismos cineastas. “Hay que forjarse una ética para la crítica”, sentencia.

Carlota cree que en América hay más diversidad en la crítica en términos de diversidad sexual, racial y sociopolítica. En los festivales de cine se está acudiendo a esa diversidad, aunque cada uno la enfoca de manera distinta: “Europa, por ejemplo, en Cannes importa más el número de seguidores y gusto de las élites. En el Festival Internacional de Cine de Toronto, no: importa más la opinión del público. Son estructuras de análisis diferentes”.

Finalmente, en un intercambio con el público, se plantearon tres preguntas fundamentales.

¿Crees que debemos luchar contra la máquina industrial?

Carlota: Sí, absolutamente. Pero también puede ser disfrutable. Pelearse con la máquina industrial es casi imposible. Es más importante discutir y hablar para desmantelarlo. Nuestro trabajo es frenar interpretaciones simples. Como críticos, es nuestra tarea hacer que el cine no auspiciado llegue a las salas y tenga mayor acceso al público. La crítica es una gestión cultural.

¿Se puede vivir de crítico de cine?

Carlota: En el caso del contexto español, si se ha hecho un trabajo, sí te lo pagan, pero no puede ser sólo eso. A menos que sea en un nivel superlativo, es importante compaginar la  crítica de cine con la docencia o la programación.

Alonso: Colaboro en tres revistas, programo, escribo en el periódico, en el Festival Internacional de Cine de Morelia, son varias cosas, sólo así se puede vivir de esto, de lo contrario se ha convertido en un especie de privilegio inmensamente difícil.

¿Hay una diversidad crítica desde la perspectiva académica?

Alonso: Es muy complicado, pocos festivales en México permiten a los académicos y estudiantes vincularse con eso, FICUNAM es uno de ellos. Casi todo mundo quiere hablar de cine, cualquiera puede ver cine, es cosa de plasmarlo, saberlo contar. Si ves que Transformers es la película más vista en México, pues eso dice mucho de quiénes somos los mexicanos.