Kleber Mendonça Filho en FICUNAM: Bacurau, un pueblo violentado

Por Fernanda Santiago Díaz

Lunes 22 de marzo de 2021. El cineasta brasileño Kleber Mendonça Filho ofreció una clase magistral exclusiva para alumnos de escuelas de cine, como parte de las actividades de la decimoprimera edición de FICUNAM. En ella, charla junto a Maximiliano Cruz, programador del festival, sobre su más reciente largometraje: Bacurau (2019).

Como introducción, habló de sus inicios en el mundo del cine. Iniciando como estudiante de comunicación y periodismo que escribía de cine desde 1992. “Algunas personas me veían como periodista, otras como un crítico de cine, luego como un realizador de video y ahora como un cineasta. Es interesante porque la transición tuvo siempre lugar. […] Recuerdo los años en los que escribía con mucho amor, como momentos especiales”, mencionó.

Bacurau es una película que mezcla diferentes géneros cinematográficos, sin embargo, predomina el western, género que pocas veces hemos visto con tanto éxito en los países latinoamericanos. “Cuando pensamos en Bacurau, pensamos en la clase de cine que el cine brasileño no está haciendo”, mencionó el director.

Esta obra cinematográfica fue, y es, sin duda una de las más aclamadas del cine brasileño desde su estreno y presentación. Tan sólo recordemos que en el festival de Cannes recibió el Premio del Jurado. Bacurau es una película política aunque para algunos podría parecer sólo ficción. “Hay una división invisible que para mi no es invisible, hay una división política que para mi es muy obvia y muchos otros no ven. […] Cuando escribimos el guión, pensamos en las comunidades que sufren sin la atención y el cuidado del gobierno, y creo que eso es sólo supervivencia”, comenta Kleber. 

Bacurau es una película donde aquellos que se sienten solitarixs y que no pertenecen a algún lugar, pueden ser libres y ser ellxs mismxs. Esto hablando no solamente de la historia que se cuenta y el lugar en que se ambienta, ㅡdonde vemos personajes lésbicos y gay representados con toda normalidad, algo que por fin se hace sin dar mayor explicación, sin estereotipos ni estigmasㅡ, sino también refiriéndose al set y la producción de esta obra. 

El director mencionó que existió una convivencia con los actores y actrices, así como una conexión con sus personajes. Como es el caso de Lunga, el héroe despreciado por el exterior pero apreciado por la gente que le vio crecer. En un inicio, el personaje se pensaba como una persona trans, pero el director consideró mejor dejarle esa decisión a quien le daría vida, es decir, a Silvero Pereira, quien participó activamente en la creación de su personaje, creándolo como un hombre gay sin temor a nada. “El guión capturó la imaginación de los actores. Ningún personaje es simple”, señala Kleber.

Otro elemento del que nos habló el director brasileño es la interacción interesante que se da entre el cine y la sociedad, donde se tocan temas con los que las personas se identifican. “Es hermoso cuando la película se vuelve parte de la gente”, destaca. En su película se habla de la violencia y descuido del gobierno a los pueblos pequeños o comunidades como las favelas, por tanto se busca visibilizar tal problema.

Bacurau es un pueblo que sufre violencia, luego otro poco más de violencia, y otro poco más de violencia. Y entonces reaccionan ante esa violencia”, comenta Kleber. Precisamente, para hablar de ella, se pensó en el tratamiento que se le daría, pues querían mostrar imágenes de impacto como el momento en que uno de los personajes, Damiano, reacciona ante la violencia y vuela la cabeza de uno de los cazadores/asesinos americanos, pero por otro lado, también se buscaba ser sutil con escenas como las referentes a la violencia hacia las infancias. Se toca el tema y se pone sobre la mesa, pero no se muestra explícitamente.

Algo que el director temía era la duración del inicio de la película, pues en el cine comercial, las películas suelen “empezar” después de pocos segundos o minutos sin dar información previa para conectar todo. “Nuestro gran miedo era que el inicio de la película fuera muy largo, y para algunos lo fue, pero para nosotros era correcto que durara ese tiempo. […] me gusta que todo esté en la mesa para después conectar la información”, comenta. 

Como cineasta, algo que se teme es dar por terminada una película sólo por la presión del tiempo. “Es muy importante sentarse a ver la película y saber lo que la película quiere”, reflexiona. En el caso de Bacurau, menciona que en la edición tardó cerca de 10 meses, esto para que al final la película fuera el resultado que quería.

“Con mis películas aprendí que todo lo que tienes que hacer es decir la verdad. Brasil tiene un gran problema con la verdad, es siempre fracturada por los medios de comunicación. Todo lo que escribimos en Bacurau es algo cierto. Cuando la gente ve eso, se vuelven completamente locos, es como ‘nunca he visto alguna cosa así antes’”. Con tal pensamiento, Kleber Mendonça Filho concluye la charla, dejando mucho que pensar sobre el arte de hacer cine, así como el gusto por apreciarlo.