ESTA NO ES UNA HISTORIA SOBRE CHINA; las cicatrices y el tiempo
Por Jorge Negrete
Lo bélico no solo ha invadido territorios físicos, sino también intangibles. Al menos esa parece ser la idea que tiñe el cortometraje Esta no es una historia sobre China, de la joven cineasta Francisca Jiménez. Siguiendo la más arraigada tradición de La jeteé (Chris Marker, 1962) y utilizando únicamente fotografías fijas, algunas de ellas intervenidas, Jiménez siembra la ficción en una historia real a partir de una curiosa premisa: ¿Qué pasaría si Colombia hubiese invadido China? Pero como anuncia el título, esta no es una historia ‘política’ en su acepción más simple, sino un romance entre un héroe colombiano ficticio y una mujer china atravesado por un conflicto armado. Diversas tonalidades de rojo van uniendo las fotografías de este romance mientras la voz de Bo Jie Huang nos habla sobre un lugar que “une varios triángulos en el mapa”, de la fuerza de los dragones, de amigos perdidos en el tiempo y de guerras ajenas que únicamente, a través de la pasión, se vuelven propias y personales. Esta no es una historia sobre China disimula las cicatrices de un país que no ha podido sanar aquel espacio intangible invadido antes por un conflicto armado.