Encuentro Punto de Vista: Disidencias sexuales y cine

Por Fernanda Garza

El día viernes 26 de marzo en FICUNAM contamos en nuestro Encuentro punto de vista con la presencia de tres grandes mujeres disidentes sexuales en la industria del cine: Ángeles Cruz, cineasta y activista indígena; Astrid Rondero, cineasta y María Renée Prudencio, actriz y guionista; junto a Alejandro Pérez Eyzell, investigador sobre cine queer latinoamericano; moderados por Kani Lapuerta.

En dicho encuentro se abordaron distintas narrativas que atraviesan y atravesaron a las panelistas en su experiencia en el cine como creadoras del mismo así como espectadoras; el apoyo (o no) que recibieron del cine mainstream y la representatividad que reciben como marginades.

Nos encontramos entonces con PELÍCULAS de disidencia sexual más no con un cine meramente disidente; es decir, cine homosexual hecho y dirigido por heterosexuales o bien, cine sobre la comunidad trans dirigido por hombres gay. Se desplazan las voces, por lo que las historias son contadas por otres. 

“Lo que siempre tengo claro es no pensar que tengo yo una obligación de hacer nada que tenga que ver con lo que yo deseo hacer”, comenta Astrid Rondero cuando le preguntan cómo cambiar el panorama en el cine heteronormado. Se plantea en el panel dejar de lado la narrativa heterosexual donde el personaje LGBTTTIQ es el apoyo del protagonista blanco privilegiado y que se vuelvan centrales; cambiar la estructura aristotélica de inicio, desarrollo, clímax y resolución ya que el movimiento disidente sexogenérico ha aportado algo muy importante que es el concepto de la fluidez y por lo que el cine debería ser así, fluido.

Ángeles Cruz comenta que quisiera ser todos los papeles posibles, acceder a todo el abanico de interpretaciones pero que no puede, porque “aquí” no es así, en México es la que sirve, la que limpia, la ama de casa; comenta que ella nunca se sintió identificada con los personajes que le llegaron a su comunidad y hoy en día sigue sin sentirse identificada…”yo quiero dejar siempre a mis personajes femeninos un espacio de decisión, donde  yo como creadora no determino qué va a decidir pero sí determino crear ese espacio para decidir…no sentenciar ese espacio de sentencia que por ser hombre o mujer, negro o blanco, debes comportarte de alguna manera porque esas etiquetas nos han hecho muchísimo daño..” comentó, y es su forma de cambiar el cine.

Existe un intento de guerrilla de que el cine disidente penetre en el cine mainstream y se cuenten las historias del margen, las historias que ayudan a sobrevivir, tal como fue el caso de María Renée. Por otro lado, es para que se cuenten las historias de deseo, como en el caso de la mayoría de las historias de mujeres trans, donde generalmente se retrata el rechazo, la enfermedad y el trabajo sexual y no el deseo o un enfoque distinto al morbo.

A pesar de que hoy en día sí existen inclusiones de personajes homosexuales y distintas sexualidades, la apertura sexual sigue teniendo un color y se rige dentro de ciertos cánones. María Renée hace una crítica donde siguen siendo los hombres heterosexuales homosexuales cis heteronormados o gays quienes tienen mayor visibilidad en pantalla así como mejores oportunidades a acceso a presupuesto. La disidencia debe incidir en esos circuitos cerrados donde vuelve a la comunidad LGBTTTIQ+ en un producto sin voz y estereotipado.