Blanco en blanco nace y se inspira al estudiar y descubrir una serie fotográfica retratada y escenificada por un fotógrafo anónimo de las cacerías de Selknam perpetuadas por el colonizador rumano Julius Popper y su grupo a finales del siglo XIX en Tierra del Fuego. Ese fue el comienzo para preguntarme una serie de temas que de alguna manera repercutían sobre elementos que quería abordar. Luego aparecieron las series fotográficas sacadas por el escritor Lewis Carroll sobre distintas niñas, con una clara connotación erótica. Ese paralelismo entre el acercamiento de la mirada hacia el horror y la obsesión por captar la pureza inocente de una niña antes de ser corrompida fue el punto de partida para que naciera el proyecto. Tenía un contexto y el deseo interior de un personaje.
Las imágenes de la matanza Selknam, me interesaron por el acto representativo que había en ellas; estas fotos eran tomadas en forma de representación, ya que los tiempos de exposición de la emulsión fotográfica de aquella época no dejaban capturar el instante. De modo que tenían que escenificar el acto a posteriori de la acción real, en este caso, una matanza. Ante esto sentí que había un símil real a la propia acción del cine; hacemos representación, mentimos, tergiversamos la realidad hacia una emoción o significado determinado. En el caso de aquellas fotografías de las matanzas, estas pretenden transformar un acto deleznable en una acción heroica y modificar su real carga moral. Todo esto, a mi modo de ver, sigue estando presente en el accionar de hoy en los medios, las imágenes constantemente están parcializando los reales acontecimientos de las cosas, se manipulan como herramienta de poder.