
De la pantalla al papel: Foro de la Crítica Permanente
Rafael Guilhem y Sofía Ochoa conceptualizaron el Foro de la Crítica Permanente de esta edición del festival. Aquí una conversación entre ambos.
Rafael Guilhem: Cuando veo una peli, tomo notas durante la película y eso me ayuda mucho porque siento que en el escribir también está el pensar. Escribir es lo mismo que pensar para mí. El contacto con la materia te permite forjar ideas que surjan mediante la escritura y no antes. Y lo que intento cuando me acerco a las películas es esa tensión entre no sobreinterpretar la película ni pensarla como algo que yo quiero ver sino intentar dilucidar qué está en la película que yo no sé. Qué visión del mundo me propone que yo conozco y cómo puedo ampliar mi mundo a través de la película.
Sofía Ochoa: Pero llegas a eso ¿cómo? ¿A través de pensar, de la intuición…?
Rafael Guilhem: Pues intento sujetarme más bien al material de la película. Sí, en ese sentido sí creo que hay que poner atención a la forma de la película, a las imágenes, a los sonidos, a las palabras también. Y yo lo que intento es siempre encontrar el sistema que articula la película. Siento que a lo mejor hay cosas que se repiten, no tanto en el tema sino en la forma. O sea, digamos, intentar ver cómo está filtrando la experiencia ese realizador o la película. ¿Tú cómo…?
Sofía Ochoa: Conmigo mientras más tiempo ha pasado… al principio era una crítica muy racional y estaba muy al pendiente de la forma, de cómo la forma conectaba con el discurso. Y conforme ha pasado el tiempo he tratado de confiar más en mi intuición. Entonces encuentro momentos o señales en la película, “nudos” por llamarles de alguna manera, que pueden ser de significados, sonido, actuación, un nudo fílmico por decirle de algún modo, y me voy con eso. Cuando veo la película como que trato de abrirme lo más que pueda y ser un receptáculo. Trato de suspender la razón y recibir la película, dejar que me impacte. Estoy exagerando un poco. No logro hacer eso todo el tiempo, porque también ver una película es una experiencia. Pero a eso es a lo que le apunto
Rafael Guilhem: O sea, aunque no lo hagas, te orientas hacia esa posición, como estrategia, digamos.
Sofía Ochoa: Sí, exacto. Y de hecho, cuando tengo chance, me preparo para eso. Sobre todo en la primera vista. La segunda es muy diferente. Cien por ciento razón. Saco notas. Estoy comparando. Si lo estoy viendo en mi casa, pongo pausa, regreso. Estoy con mente de investigador. Pero la primera sí trato de que sea lo más sensorial posible. Y cuando acaba la película trato de recordar esos nudos, que me impactaron más, donde más sentí algo y trato de investigar en mí. Qué sentí, por qué lo sentí, y luego ya me voy al análisis, a entender qué de la forma, qué del discurso, qué de los componentes cinematográficos me llevaron a ese momento. Y al escribir trato de ser lo más, desde mi punto de vista, precisa posible. Incluso llego a ser un poco descriptiva, creo, porque me parece que describir es también interpretar. No me siento cómoda hablando en términos absolutos. Simplemente trato de decir “esto es lo que vi, para mí funciona de esta manera”. Y al momento de poner adjetivos que es algo que trato de usar con mucho pudor, intento escribir como si estuviera escribiendo poesía. Pienso “no es que tenga que poner una palabra aquí. Sino: hay solo una palabra y la tengo que encontrar”.
Rafael Guilhem: Me recuerda un poquito esta idea de que la experiencia es más grande que nosotros. De algún modo la forma en la que te acercas a las películas se parece a como si primero pasara la experiencia sobre ti y después ya es momento ya quizá de empezar a escribir, de organizar esa experiencia. Empiezas a caer en cuenta de las cosas. Y de algún modo la escritura, la crítica, es también empezar a organizar esa gran experiencia. Como dices, encontrar esas palabras que… porque al final creo que esa es también la importancia de las palabras, que vas a darle permanencia a algo, vas a dialogar con esa experiencia por la que pasaste pero al inscribir esa experiencia en palabras, también la vas a enriquecer. No solo estás –digamos- registrando una experiencia, estás ayudando a que se preserve.
Sofía Ochoa: Claro. Y ahí creo que los críticos podemos llegar a ser tramposos o manipuladores, consciente o inconscientemente, porque tú tienes una experiencia ( y aquí ya voy a hablar justo como no me gusta, en términos absolutos) que tratas de que sea lo más libre posible. Iba a usar un adjetivo un poco más mamón: “pura”. Y al momento de escribirla tú sabes que puedes cambiar ese recuerdo. Cambiar los recuerdos de algo tan abierto como es algo que sentiste, es muy fácil hacerlo a través de las palabras. Por eso creo que hay que bajar la palabra adecuada, no la palabra que tú quieras, no la palabra que suena bien, sino la palabra que es, porque al final las palabras son puntos de encuentro sociales, son acuerdos sociales, pero en realidad las experiencias son únicas. Entonces, al momento de que tú bajas lo que es una película, que es algo muy complejo y que produce emociones muy complejas en los espectadores, tú puedes sin querer y por la autoridad que tienes (nada más por estarlo poniendo en palabra escrita, ya tiene una autoridad distinta a que si lo platicas afuera de la sala de cine y además eres crítico de cine y además un medio te está avalando), puedes estar de alguna manera guiando la experiencia del espectador.
Rafael Guilhem: Justo creo que esa es la particularidad de la palabra de la crítica cinematográfica, que al final está sujeta a otra cosa, que en este caso es la película. Como dices, no es como que puedas ponerte a escribir lo que quieras, sino que el rigor parte de que estás hablando de un objeto específico que sería la película. Obviamente las lecturas pueden ser muchas, pero digamos que, creo que la buena crítica está en esa tención, en no separarte tanto de la película, pero separarte lo suficiente para crear una lectura extensiva de ella, que no se limite a lo que ya todos vimos sino a encontrar otras cosas que no se han visto.