Cómprame un revolver: ideas y más ideas

Ivonne Fuentes y Adam Zoller se encargaron del diseño de producción y el maquillaje de Cómprame un revólver (2018) respectivamente. Aquí, una conversación entre ambos.

Ivonne Fuentes y Adam Zoller se encargaron del diseño de producción y el maquillaje respectivamente de la película Cómprame un revólver (2018), dirigida por Julio Hernández Cordón, que se presenta en la sección Atlas de FICUNAM 9. Aquí, una conversación entre ambos.

Adam Zoller: ¿Por qué optaron por plasmar la muerte en dibujo?

Ivonne Fuentes: Una de las ideas básicas que trabajamos con Julio fue que esto era una historia de violencia contada a partir de la mirada de una niña. Con esa regla, a pesar de que estamos hablando de acontecimientos rudos, se permitía la fantasía y jugar con la imaginación de la niña. Ella no ve el crimen organizado de una manera tan directa como los adultos. Por eso la película tiene esta parte que toca la fantasía. En este mundo que tiene sus propias reglas, se permitía inventar cualquier cosa que quisiéramos nosotros. Un poco porque Julio tiene esa mirada del cine que rompe con lo tradicional. Él ya en otra película había utilizado algunos elementos pintados y los colocaba de tal manera que se veían bien en perspectiva. Me había parecido un recurso increíble y estaba muy impresionada con esa decisión. Una opción era integrar esos amigos que tiene Julio para que dibujaran los cuerpos de los muertos, pensando en no ser tan explícitos respecto a la muerte, siguiendo la mirada infantil. Eso se sumó al hecho de tener tantos extras, tirados en el piso, bajo el sol, con sangre, eso se complicaba muchísimo. Pues fue una gran oportunidad de, por un lado, eficientar el rodaje, pero por otro lado poner un pie en la parte plástica e introducir esos otros recursos que tienen que ver más con las artes visuales. Julio es bastante libre al momento de crear y tomar decisiones y se permite esas cosas. Tomar la decisión de pintarlos fue una decisión que tomamos entre los dos. Contratamos a su amiga, Andrea Mármol, que pinta increíble, y ella y una chica que le ayudó se echaron todos los cuerpos. Lo que hicimos fue buscar un montón de fotos de muertos acribillados, le pasamos una selección a la chica y ella escogió de estas referencias. Los cuerpos se pintaron a partir de la propia fotografía de referencia, lo cual complicaba mucho la posición en la que estaban, si los queríamos poner en primer plano y así. Así fue que a Julio se le ocurrió que era más fácil colocarlos en el piso y hacer una toma aérea de los cuerpos. Fue bastante productivo y a mí me gustó mucho.

Adam Zoller: ¿Cómo inicias tu proceso creativo?

Ivonne Fuentes: Yo lo que hago es leer el guion y a partir de la primera lectura del guion siempre surgen las primeras imágenes del proyecto, de la estética. En mi cerebro aparecen colores, texturas y referencias directas de cosas que he visto. Anoto ideas de color, y de estilo. Luego me junto con el director y le suelto todas estas ideas, sobre cuál fue mi primera impresión del proyecto. A partir de lo que el director me diga, sobre si hay algo en esa ruta que ajustar, empiezo a trabajar y digamos que le dedico una buena cantidad de tiempo a bajar todas esas ideas con referencias visuales de todos lados, referencias que saco de internet, referencias de libros que tengo, de diferentes lados y todo eso lo voy juntando y armo una especie de carpeta, una presentación en pdf donde se alcance a apreciar el ambiente general de la película junto con los colores que estoy pensando y texturas y demás, y a partir de esa carpeta nos sentamos el director y yo de nuevo a compartir ideas y opiniones y de ahí van saliendo más ideas y más ideas, entonces se empieza a bocetar la película. Me imagino que en tu caso es un poco igual. Supongo que todos los departamentos pasamos por el mismo proceso.

Adam Zoller: Mi proceso creativo es muy similar. Como tú dices, cada departamento recibimos el guion. Lo leo una vez de corrido, sin hacer anotaciones, para seguir la historia. Después le doy otra leída y ahí sí me voy haciendo mis apuntes, de los efectos, de los personajes, indicaciones que están dentro del guion y sobre eso ya empiezo a tener una conversación con el director, sobre cómo se imagina este mundo que está proponiendo. A mí me ayudan mucho las referencias y tratamos que todo sea fluido y que se integre bien: arte, maquillaje, vestuario. De ahí ya es crear los prostéticos para cada efecto necesario, de ser posible de antemano, sobre todo si hay que llevarlos fuera de la Ciudad de México. Después es esperar que todo salga bien y divertirse, y disfrutar lo que hacemos, porque todo lo hacemos con mucho amor.

Ivonne Fuentes: Con Cómprame un revólver, tenía dudas de si esta película debería de ser futurista. No necesariamente futurista pero sí en un tiempo indeterminado. Lo platicamos Julio y yo, y él no había pensado para nada que fuera una película futurista, él quería que fuera una película actual. Estuvimos reflexionando y definitivamente no podía ser una película actual porque las reglas de su guion eran distintas de lo que es México. Después dijo, pues sí, hagámosla futurista. Pero con el tiempo, entre los dos platicando, durante el proceso de un mes de reflexión, nos dimos cuenta de que no, que no era cierto que tuviera que ser futurista, y que en realidad estábamos hablando más de símbolos, de ideas. Estábamos abstrayendo la idea de la violencia y del crimen organizado a un concepto. La película no es que esté situada, no es que tengamos que relacionarla directamente con una fecha, sino que es más bien hablar de una idea global sobre un México que está siendo violentado. Nos zafamos del concepto futurista y continuamos sin tener que definir qué fecha era.

Adam Zoller: Yo lo que más valoro de trabajar con Julio es que da bastante libertad creativa en cuestión del diseño y está abierto a cambios orgánicos que se plantean en el momento, a veces. Sus personajes son muy interesantes, entonces dan mucho sobre qué trabajar en cuestión de diseño de personaje. A mí me dio bastante libertad para llegar a los personajes que estábamos creando. Me gusta mucho su manera muy libre de dirigir. Básicamente el guion es una sugerencia. Él se va guiando por lo que siente que es necesario.

Adam Zoller: ¿Cuál fue el más grande reto de Cómprame un revólver?

Ivonne Fuentes: Pues mira, el reto más grande de la película fue quizá el humo rosa porque originalmente quería Julio que fuera el humo con forma de figuras geométricas que salían volando en el aire, pero no lo quería hacer en posproducción. Había que inventar alguna forma para que saliera el humo a través de la trompeta y se empezara a convertir en cuadrados, triángulos y círculos. Hicimos unas figuras de acrílico para contener el humo pero era muy complicado conectar esa figura a la trompeta y después hacer que las figuras geométricos flotaran en el aire. Estábamos en medio del desierto, no había de dónde colgarse. El caso es que eso fue todo un show de buscar soluciones. Hicimos pruebas que no le gustaron del todo a Julio. Al final decidió que solamente iba a salir el humo del tráiler del papá y quitamos ese recurso. Esa fue la parte que más nos hizo dudar y sufrir, y al final ni siquiera lo logramos concretar, sobre todo porque Julio no quiso usar de ninguna manera el recurso de posproducción.

El segundo reto fue armar los tanques antibalas que tenían los narcos porque había que encontrar un muy buen herrero que adecuara un par de camionetas. Resultó que el herrero que conseguimos en hermosillo fue una joya maravillosa, yo le estaba haciendo unos dibujos bien elaborados para tener las medidas exactas de todas las piezas del coche y de pronto cuando lo vi la primera vez me dijo “no, ya, ya entendí, no hace falta que me des ningún dibujo. Con eso yo ya arranco”. Y tal cual: entendió perfecto el diseño. Arrancó y después juntos fuimos adecuando ciertas necesidades como que el coche no se calentara tanto con esa laminota y luego pues cómo lograr que se oxidara rápidamente para que se viera un metal oxidado. No quisimos usar madera porque considerábamos que la textura y la sensación del vehículo iba a ser distinta. Queríamos que fuera algo real, que su peso fuera el correcto. A mí me gustó mucho porque cuando avanzaba hacía sus sonidos de metal. Esa fue una joya, ese gran descubrimiento juntado con ese herrero.

Ivonne Fuentes: ¿Cuáles fueron tus referencias principales para diseñar al personaje del papá?

Adam Zoller: En parte Julio me pidió un papá drogadicto, junkie, me fui mucho por referencias de adictos al meth, al crack, indigentes, pero también, dándole un poco de elementos bajo el sol, texturas, cicatrices específicas que me pidió Julio, y básicamente era armar un personaje entrañable, lleno de texturas, pero tampoco tan complicado por los tiempos más que nada. También hubo una cuestión de tatuajes que se decidió poner. Uno de esos tatuajes era un Hulk, porque su hija se iba a llamar Hulk originalmente. Y también como amaban el béisbol, pues había cosas relacionadas, como la calavera con los huesos de bats de beisbol. Básicamente era eso: un junkie al que le gustaba mucho el béisbol.

Ivonne Fuentes: ¿Qué fabricaste para hacer ese personaje, hiciste prostéticos?, ¿cuáles eran los pasos que seguías cada día para transformarlo?

Adam Zoller: Primero que nada se le hizo un corte de cabello medio sarnoso, que había que estar retocando a cada rato. Mi querida Rossana Lazcano se enfocaba en eso, y fabricamos un par de cicatrices, que eran tipo transfer, que son como esos tatuajes tridimensionales que se pueden pegar con agua, entonces son relativamente fáciles de aplicar. A veces se los dejábamos y se los podían retocar para no estar poniéndolos diario. Después de eso se le ponía mugre, muchísima mugre, textura en la piel, para hacerlo ver enfermo, chupado, básicamente hacerlo ver jodido diario. Creo que en total nos tardábamos como 45 minutos, media hora. Lo hacíamos bastante rápido.

Ivonne Fuentes: ¿Hay algo que hubieras hecho diferente ahora que ya pasó más de un año?

Adam Zoller: Yo creo que la mano de uno de nuestros personajes que se encuentran la hubiera hecho un poquito más momificada. Pero igual eso le hubiera quitado un poco del lado fantasioso que llevaba esta película…

Ivonne Fuentes: Yo creo que la mano que hiciste fue una cosa hermosa. A mí me causó mucha impresión que se pudiera mover un poco. Sí parecía una mano que hubieran cortado hace muy poco tiempo y creo que eso me causaba más impresión que ver una mano pues ya momificada. En mi opinión, no cambiaría eso para nada.

Sabes qué, quizá nos faltó hablar de Huck, de cómo fuimos diseñando ese personaje. Yo te cuento de lo que me acuerdo y a ver si tú lo puedes complementar. Nos basamos mucho en niños de la calle, muchos vagos, sucios, sobre todo tuvimos una referencia de una película que le gusta mucho a Julio que no me acuerdo del título. Es esta película de la niña que vive con su papá, y hay un diluvio y se quedan solos, y la niña se la pasa todo el día sola, sucia, jugando. Nuestra lógica de partida era que la niña nunca se bañaba, porque el papá como se la pasa drogado pues no la atiende, y que ropa no tiene, tiene ese cambio y si acaso tendría uno más, y es una ropa que estaría sucia, lo mismo con el pelo, no se peina, y pues tiene un poco de mugre normal de la tierra, de estar ahí en el campo de béisbol. Entonces me acuerdo que vimos unas referencias de mugre en los brazos, en la tierra, de cómo se van marcando… ese también es un personaje muy bonito para diseñar.

Adam Zoller: Con Huck, que antes era Hulk pero no podíamos usar el nombre… fue muy orgánico. La única especificación era que estaba amarrada con una cadena, entonces tenía que tener unas heridas en su tobillo: llagas, irritación. Pensamos en cómo sería el hijo de una persona que aunque la ama no la cuida. Casi casi ella lo cuida a él. No se baña diario. Le gusta mucho jugar en la tierra. Siempre anda sucia. Pero también es joven, entonces no ha tenido todos estos estragos de la edad aún, de la textura de manchas, del sol, de quemaduras. Al final fue muy sencillo. creo que lo más difícil fue esconder su cabello sin cortárselo, para que pareciera más niño en las secuencias que no traía su máscara. Fue un personaje entrañable.