FICUNAM presenta la imagen de su 10ª edición

Por Pablo Rendón (@pagusrendon)

La artista mexicana Zatu Straftäter fue la elegida para realizar la imagen del 10º Festival Internacional de Cine UNAM, quien se inspiró en la obra de la cineasta y artista belga Chantal Akerman para darle identidad a esta décima edición. 

La imagen del FICUNAM es uno de los acontecimientos más esperados por la audiencia del Festival. Considerando que grandes exponentes del arte y el diseño contemporáneo en México han elaborado una propuesta gráfica que establece un lazo con el mundo, ¿qué representa para ti el encargarte de la imagen de la décima edición del festival, que no es cosa menor?

Sabía las referencias de quiénes habían hecho esa chamba. Estuvo increíble que me consideraran, porque a fin de cuentas en ese mundo yo no soy tan conocida. Realmente tiene poco que empecé a hacer este tipo de cosas. Pues sí me volé. Fueron dos sentimientos, el de sentirme chiquita y luego sentirme muy chido. Aparte es un festival que está increíble, FICUNAM en la Ciudad de México. Y con todas esas referencias, ¡fueron muchas emociones!

No se trata de tu primera experiencia en el diseño de una identidad para un festival de cine, ya antes has elaborado la imagen para el Festival del Nuevo Cine Mexicano de Durango y del Vancouver Latin American Film Festival, ¿cómo fue tu acercamiento al mundo de los festivales de cine?

Fue muy chistoso, fue por un buen amigo, Cristian Sida-Valenzuela. Cuando él empezó el Festival de Durango de manera independiente yo le empecé a ayudar en cosillas. De hecho todo empezó porque le hacía cartelitos y cositas, pero yo realmente no me dedico a eso, y pasó que le gustaron mucho. Luego, como él mismo se encarga del Festival de Vancouver me dijo “Oye, a la gente de Vancouver le gusta mucho lo que haces para el de Durango, ¿te animas a entrarle a hacer el de Vancouver?” Y pues sí, además me dio mucha libertad y salió bien. Digo, salió bien en el sentido de que les gustó, y ya llevo dos años trabajando en el de Durango y en el de Vancouver. Fue todo muy casual, ayudarle con cosas para ver si servían… ¡y sirvieron! (risas).

Algo que me llama mucho la atención es tu papel como espectadora y la manera de plasmarlo en tu obra, en la que aparecen figuras de la cinematografía mundial tan prominentes como Luis Buñuel y Luis Ospina, ¿qué es lo que produce el deseo de trasladar a estos personajes del mundo de la gran pantalla al lienzo?

A mí siempre me gustó dibujar, aunque yo no me dedico a nada de eso, pero hacía mis dibujitos para mí y punto. Mucha gente empezó a decirme que me animara e hiciera más cosas, así que empecé a dibujar lo que a mí me gusta en un momento específico. A Buñuel lo dibujé porque estaba viendo la película de Los olvidados, y estaba todo este tema del aborto y me acuerdo mucho de la escena en la que pasan y hay unos pobres ahí, y dice “Ojalá los mataran a todos antes de nacer”, y me hizo mucho clic. De hecho la imagen original la había hecho con un paliacatito verde, un Buñuel pro-aborto (risas). Luego pasó lo del fallecimiento de Luis Ospina e hice el dibujo. Más bien me he formado en una disciplina de no dejar de dibujar. Así, cuando falleció Ospina fue mi manera de rendirle tributo; mi dibujo de José Revueltas, pues soy muy fan de Revueltas, en algún momento me convertí en “revueltista”. Entonces, sabía que todos los días tenía que dibujar algo por cuestiones de disciplina: del libro que estoy leyendo, de alguna referencia, de algo que me pasó, por más denso que sea.

¿Y es el cine una especie de motor creativo?

Sí, me gusta mucho el cine, ¡todo tipo de cine! Me gusta un chingo ver películas. Siempre tengo referencias, ya sea de citas o de directores que se me hacen bien talentosos. 

Luego está otra parte de tu obra que irradia una feminidad de espíritu combativo. Por feminidad me refiero a una gama de colores y ciertos símbolos asociados al estereotipo de lo femenino, que adquieren un nuevo significado cuando aparecen al lado de un pañuelo verde o a ciertas alusiones del periodo menstrual. ¿Existe un deseo de disrupción premeditado al trastocar nociones como estas?

No sé si tan premeditado, pero sí cuestiono cosas que son “muy de niña” en el imaginario de la gente. Lo hago porque a mí se me hace chido el color, además ¿por qué el que se vea de niña tiene que ser malo? Es muy chistoso, porque si me conocieras verías que casi siempre ando de negro, no uso mucho color en mi ropa, pero en mis dibujos sí. Mucha gente me ha dicho que está muy chistosa esta línea infantiloide de chica, pero luego contrastado con una frase bien grosera o el pañuelo verde. Ha sido muy natural el tratar de nivelar, porque así es mi trabajo. Si está de niña, está excelente que esté de niña.

Dicho todo esto, creo que podemos empezar a hablar de lo que nos trajo hasta aquí: la imagen de la décima edición del FICUNAM. A grandes rasgos, ¿qué se va a encontrar el espectador?

Pues trabajé varias propuestas y la que quedó fue una de mis favoritas porque, sin darme cuenta, ya que la había terminado, me remitió a Magritte. Se me hace mucho como esta onda de la imaginación y el sueño, como de ese mundo paralelo, todo bonito. Aparte es algo que se me hace muy del cine. A mí el cine se me hace fascinante porque puedes ir a mundos a los que no podrías ir en la vida real o, de cierta manera, traducen cosas imaginarias y las puedes ver ahí en pantalla. La imagen tiene esta onda de ensoñación que para mí te lleva a otro plano, como en los cuadros de Magritte, un punto muy cercano a la realidad pero en otra dimensión. Eso es lo que creo que se van a encontrar, como un sueño, desde los colores con la figura extraña de una chica viendo algo, rodeada de nubes… es un poco eso.

Claramente se trata de una imagen inspirada por la obra de Chantal Akerman. Cuéntame del proceso creativo, ¿cómo te involucraste con su obra?

Primero me metí a ver qué se había hecho en los carteles de ediciones anteriores. Luego, yo no ubicaba la obra de Chantal Akerman así que me clavé en su trabajo y se me hizo extraordinario, muchas imágenes que se me hicieron muy, muy, muy bonitas de sus películas. Entonces, traté de empatar eso con lo que me gusta a mí y creo que salió algo interesante. Me puse a investigarla, a leer sobre ella y me pareció un personaje súper interesante.

Encuentro ciertas afinidades —no sólo estéticas, sino también éticas— en la propuesta fílmica de Chantal Akerman, con la intención que posee el grueso de tu obra. ¿Te sentiste identificada en algún momento?

Sí, este rollo de la empatía entre mujeres. Toda la parte del feminismo, de esta mujer súper fuerte. Entonces, me gustó mucho descubrirla; buscar sus imágenes, ver sus películas, leer entrevistas… pero sobre todo me metí a ver imágenes, que aunque no tenían el contexto de la película, eran hermosas.